La pregunta se nos atraviesa y no nos permite
evadir la respuesta, para los que ejercen el periodismo desde algún tiempo el
análisis cobra un principio básico filosófico: el historicismo.
Cómo
era antes de los celulares o los tablets, qué simple era todo en el tiempo de
las máquinas de escribir, no había ni tantas teclas ni oportunidades para
equivocarse.
De pronto se olvida que ya no es necesario
tanto papeleo, que los correos se mueven a la velocidad de “las conexiones”,
que en un momento podemos contrastar fuentes sentados frente a un monitor o que
otro mundo paralelo nos comenta lo que escribimos inmediatamente.
Para
los que casi se estrenan en el mundo de la prensa la respuesta busca otro camino…
Cuánto
se puede hacer con las palabras. Ellas para los periodistas tienen la valía que
para otros no, quizás porque nos alimentan, aunque en ocasiones no nos alcanzan
para llenarnos. Quien quiera engordar a base de periodismo no lo puede hacer.
Esas
palabras ya no están tan solas y ahí está el primer problema que merece la pena
ser analizado. La multimedialidad obligatoria para hacer un nuevo periodismo en
el ciberespacio.
Hay quienes se creen genios haciendo lo más
fácil, subir fotos y algún que otro comentario insípido que no dice más que las
imágenes. Eso se aleja mucho de los propósitos del ciberperiodismo.
La multimedia debe ser un complemento, no una
muleta. Imágenes que digan más, que hablen, que se mezclen tan bien con el
texto que no se logren separar.
Internet
nos trajo muchos cambios pero ¿hemos sabido nosotros cambiar para internet? No
lo creo y enmarcándonos en nuestro pedacito, el que mejor conocemos, podemos
notar cómo todavía hay quienes “para cumplir con las normas” tributan a los
cibermedios lo mismo que a los medios convencionales.
Si
quieren ver radio o televisión en textos busque que encontrará los mejores
ejemplos en nuestra prensa. El lenguaje periodístico está calcado en todos los
medios, una copia de la vagancia de los seres humanos o del desconocimiento.
De la comodidad a la mentira hay poco trecho
Gracias
a la aparición de las nuevas tecnologías se ha vuelto muy de moda el periodismo ciudadano. Todo lo que no pueden presenciar los medios no se les escapa a los
que comparten cuanto les pasa en su vida. ¡Fuera reglas de escritura! Lo
importante es lo rápido que llegue el chisme no cómo.
El síndrome de Teo Pereira parece extenderse con
facilidad, lo peor es que tiene la aceptación de muchos. Quienes lo denominen periodista frente a uno
que sí lo es realmente, tendrá que sentarse para escuchar las diferencias entre
los profesionales de la palabra y los especialistas en conversión de realidad a ficción.
Los LIKE no son un sello de calidad seguro,
sería bueno pensar que tantos me gusta
son el resultado de un mouse descontrolado no de un ser humano de igual
calificativo.
Para
acercarnos un poco más a las características del ciberperiodismo sería útil valorar
algunas consideraciones hechas por blogueros sobre sus pros y sus contras.
Ventajas:
- · Fácil acceso a todo tipo de información
- · Empleo de instrumentos y herramientas para todo tipo de proceso de datos.
- · Utilización de todo tipo de canales de comunicación inmediata, sincrónica y asíncrona.
- · Almacenamiento de grandes cantidades de información en pequeños soportes de fácil transporte (pendrives, discos duros portátiles, tarjetas de memoria...).
- · Interactividad. Los ordenadores nos permiten “dialogar” con programas de gestión, videojuegos, materiales formativos multimedia, sistemas expertos específicos. (Tomado del sitio Periodismo de cada día)
Desventajas:
- · Internet es un medio segmentado con público muchas veces difíciles de manejar.
- · Es un medio intangible. Las fuentes no son completamente fiables debido a que cualquier usuario puede producirla y difundirla.
- · Exceso de publicidad y promoción de productos. Es un llamado al consumo permanente.(Tomado del artículo sitio Ventajas y desventajas del ciberperiodismo)
Pareciera
que quien escribe este trabajo está rotundamente opuesto a las nuevas
tecnologías y es todo lo contrario, ellas son el aguijón que le hacía falta
desde hace algún tiempo al periodismo.
Ir
de la mano con lo nuevo es necesario pues la novedad no faltaría nunca. La
cuestión está en saber cómo alcanzar un equilibrio perfecto entre lo nuevo y lo
viejo, eso a lo que llamamos convencional es la base del periodismo y una
integración forzosa es peor que la ausencia de ella.
Las respuestas a la pregunta inicial no debemos
buscarlas en qué mal nos traen las nuevas tecnologías. Siempre habrá quienes
vayan contra lo correcto y quienes lo aplaudan.
El
problema está en el trabajo que estamos haciendo ¿Hemos sido capaces de ganar
la batalla contra lo superfluo? ¿Hemos sido lo suficientemente inteligentes en
nuestro trabajo?
Es
hora de cambiar las formas de hacer, solo así las tecnologías podrán ser
nuestras amigas y no tendremos que competir ingenuamente contra ellas toda la
vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario